¿Ser escritor requiere un talento innato?
- Shirley Rodriguez
- Nov 8, 2024
- 3 min read
Explorando el debate clásico de la creación literaria.
En el proceso de creación literaria he escuchado a varias personas decir que para ser escritor solo se necesita tener imaginación para escribir. Es decir, tener talento para crear historias. Incluso, algunas personas indican que no es necesario leer (a otros) para escribir. La realidad es que si bien algunas personas pueden tener habilidad natural para observar y transformar emociones en palabras, lo que hace a un autor exitoso es la práctica constante y la aplicación de elementos clave, como técnica narrativa, para crecer en la escritura.
Si analizamos autores famosos que hayan tenido éxito gracias a la preparación, veremos que la formación, sea formal o informal, es fundamental para perfeccionar el estilo, desarrollar la voz propia y mejorar la calidad de la escritura.

Foto tomada por mi del libro "mentes sinestras".
Algunos ejemplos de escritores exitosos que se prepararon para serlo son:
Gabriel García Márquez - El Nobel colombiano estudió derecho en la Universidad Nacional de Colombia, aunque no completó sus estudios. Sin embargo, su estancia en la universidad y su trabajo como periodista fueron clave para su estilo de escritura y el desarrollo de su técnica narrativa, que le llevó a obras como Cien años de soledad.
Se dice que Gabo aprendió mucho de su jefe de edición en el periódico El Universal, Clemente Manuel Zabala, quien fue famoso por su lápiz rojo. Clemente fue clave en la formación escritural de nuestro nobel. En aquella época se corregía sobre papel y los escritos de Gabo eran "rojos" de tantas correcciones.
Tanto inspiró Zabala a Gabo que la primera novela de nuestro autor se la debe a él. Hojarasca era el término usado por el editor para hablar de aquello que queda después de que los ciclos terminan y García Marquez escribió su primer borrador en los pedazos de papel que sobraban de la impresión de El Universal, en la hojarasca del periódico. También utilizó el concepto para referirse a los restos del pasado que cubren el presente; así nació "La hojarasca".
Mario Vargas Llosa - Estudió Literatura y Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú. Su formación académica fue esencial para crear narrativas complejas y estructuradas en obras como La ciudad y los perros y Conversación en La Catedral. Además, estudió en la Universidad Complutense de Madrid, lo que fortaleció su enfoque literario.
Julio Cortázar - Estudió en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta en Buenos Aires, obteniendo el título de maestro y profesor. Su preparación pedagógica y literaria influyó en su estilo experimental, que se ve en Rayuela y otros textos que rompen con estructuras narrativas tradicionales.
Elena Poniatowska - Aunque no tuvo una educación formal específica en literatura, sus estudios de periodismo en la Sorbona y su experiencia en el periodismo en México influyeron en su estilo narrativo y en su enfoque en la realidad social de México, como en La noche de Tlatelolco.
Isabel Allende - Estudió periodismo en la Universidad de Chile, lo cual fue fundamental para su estilo descriptivo y su capacidad para explorar la narrativa histórica y familiar en novelas como La casa de los espíritus.
Juan Rulfo - Aunque no estudió formalmente literatura, asistió a la Universidad Nacional Autónoma de México y trabajó en instituciones literarias y cinematográficas que complementaron su talento, influenciando su estilo sobrio y profundo en Pedro Páramo.
Podríamos hablar de muchos autores en otros idiomas cuyo camino al éxito fue la preparación literaria. Todos tienen en común la constancia y la práctica para mejorar sus estilos narrativos. Estos casos nos ayudan a desmitificar que se requiere el talento innato para escribir; según esto, un autor necesita disciplina y perseverancia.
Ahora, respecto al tema de la imaginación y la inspiración, tenemos que hablar de la creatividad. Ya sabemos que ésta no surge de la nada y no aparece de manera espontánea. La creatividad se desarrolla y se alimenta. ¿Cómo la podemos alimentar? A partir de experiencia directa (vivir las historias que se cuentan) o indirecta (lo que les pasa a otros y lo que leo de otros). Es decir, la exposición a experiencias es lo que alimenta la imaginación.
Para terminar, podemos decir que el proceso de escritura sí puede ser más natural para algunas personas; no obstante, todos los escritores deben pasar por un proceso de aprendizaje, de mejora continua, de preparación (que inlcuye leer mucho) y esfuerzo para alcanzar la excelencia.
Entonces, podemos decir que el escritor se hace.
¿Qué opinas? Me interesa saber tu opinión.
Shenky: arte y letras
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